Imagina que estás conversando agradablemente con una mujer, con ella
tocas temas candentes, pero para generar frío también hablas acerca de temas
normales como hobbies, películas, quién es la oveja negra de la familia, etc.
Y hay un momento en el que, hay un silencio, y las miradas se cruzan,
ella sonríe, tú no… simplemente te acercas para besarla, pero ella suavemente
desvía su cara para que la beses en la mejilla.
Te preguntarás… ¿qué pasó?, si todo iba bien, la hacía reír, sentíamos
química… ¿por qué me rechazó?
No es un rechazo, indica que ella quiere seguirte el juego, pero de
manera más provocativa; lo peor que puedes hacer en una situación como esta es
afligirte o decirle “lo siento”, créeme, dañarás toda la magia que hasta ahora
has construido.
Ellas por el complejo de no sentirse tan chicas fáciles también les
gusta jugar, hacerse de rogar, y que tú obviamente, les ruegues.
Retomemos la situación anterior… ella te desvió la cara y sólo besaste
su mejilla, sonreíste y ella también, sin embargo, no hubo palabras; momentos
después retomas la conversación, empiezas temas candentes, ella comienza a
excitarse nuevamente, las miradas van y vienen, hay sonrisas injustificadas, el
momento se hace ideal… “oye, me apetece mojar tus labios”, y te lanzas al beso…
esta vez, ella te lo acepta.
¿Crees poder interpretar estas señales?
¿Estás capacitado para responder ante las indirectas de las mujeres?
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